La
dirección de Mark llamó la atención de un
hombre-lobo que se hallaba cazando cerca, esperó un instante a que éste
estuviera lo bastante lejos y entonces
se acercó con sigilo a la ventana de la
cabaña para mirar el interior; al ver a los dos muchachos echó a correr en
dirección al castillo para avisar a su Reina de lo que acababa de ver.
Corrió sin parar
atravesando grandes arboledas y subió una pequeña cima hasta encontrarse a las
puertas del castillo las cuales eran custodiadas por dos enormes minotauros,
los cuales les cerraron el paso.
-La Reina no
puede recibirte ahora está reunida, vuelve después-dijo uno de los guardas con
su potente y estremecedora voz.
-Sólo decidle
que necesito verla urgentemente porque es referente a la profecía.- le
contestó.
-Espera un
instante-respondió uno de los minotauros entrando al interior, cuando volvió
dijo -puedes entrar, pero date prisa a su majestad no le gustan las
interrupciones.
Traspasó la
puerta que fue cerrada al instante por
los dos fuertes guardas y atravesó la gran sala en la que se hallaba que
estaba repleta de estatuas de guerreros de todas las especies y tenía las
paredes adornadas con retratos enormes de Reyes e imágenes de sangrientas
batallas y una enorme vidriera en el techo que representaba un ángel de alas
negras con un par de colmillos que le sobresalían del labio superior de los
cuales goteaba gotas de un líquido plateado que sostenía entre sus manos una
espada bañada en sangre por la cual traspasaba la luz solar. Muy decidido
siguió al frente para dirigirse a otra enorme puerta que daba a la sala Real de
reuniones, llamó a ésta dando dos fuertes golpes con sus grandes y peludos
nudillos esperando una respuesta.
-Adelante- le
dijo una voz femenina desde el otro lado de la puerta- más te vale que sea
importante para interrumpir nuestra reunión, cuenta lo que tengas que decirme.
-He visto a dos
muchachos en la cabaña del otro lado de la montaña majestad, eso quiere decir,
que la profecía se ha cumplido; cosa que vos negabais que llegara a suceder.
-¿Estaban ellos
dos solos?- le preguntó un centauro gris que se hallaba en la mesa junto a la
Reina, un hombre-lobo y un minotauro.
-¿Por qué lo
preguntáis?- le dijo el minotauro de su izquierda.
-¿Es que no
sabéis que la profecía no sólo nombra a esos dos mocosos?, en ella se nombra a
la princesa hada y a un elfo marcado con un león.-le dijo a su compañero.
-¿Y qué me
respondes tú a eso, Yassiel?-dijo Nastin mirando al único de la sala que se
hallaba en pie.
-Pues la verdad
no lo sé yo sólo vi a los dos niños, aunque me parecía que hablaban con alguien
que yo no veía.
-Pues ve a
comprobarlo idiota, para saber si debo mandar al capitán reunir al ejército,
corre y no vuelvas hasta asegurarte de lo que
has visto y de lo que están planeando.
-Lo que vos
ordenéis mi Reina-le respondió haciendo una reverencia y dirigiéndose a la
puerta para marcharse.
Nastin,
se puso en pie y empezó a caminar de un lado a otro nerviosa pisándose su
precioso vestido azul marino y
blasfemando en alto; estaba rabiosa, muy rabiosa y eso se le notaba en su
blanca tez pues se estaba tornando roja.
Nastin,
era una mujer alta con una gran melena morena que habitualmente llevaba
recogida en un moño, siempre llevaba consigo un cetro de oro que le servía de
varita mágica y solía ir escoltada por el único humano que vivía en Nurlon.
-¿Porqué
no os relajáis, majestad?, esos dos mocosos no tienen nada que hacer frente a
su gran poder ¿o no recuerda que fue vos quien venció a la Reina Rowena y se
apoderó del trono?-le dijo el hombre-lobo.
-Tienes
razón, debería de tranquilizarme pero quisiera saber si mi “amiguita” estará al tanto del asunto,
porque si de verdad gracias a esos enanos insolentes ella recupera todo su
poder yo estoy perdida.
-¿A
qué se refiere majestad?-dijo el minotauro.
-¡Que
la dichosa niña que vivía en esa apestosa cabaña era una bruja y se dice que
esos dos quizás podrían usar la magia también!-dijo alzando la voz.
-Pero
seguramente no sabrán usarla a no ser que… no, no creo me dijeron que
murió.-dijo el centauro.
-¡Dilo,
es una orden!
-Pues
que el anciano Henry podría enseñarles, ya sabe el fauno que era inseparable de
esa niña, el que fue desterrado por ser el único de entre ellos con poderes
mágicos
-¿Se
sabe si sigue vivo?
-A
mi me dijeron que le vieron guarecido en las ruinas del que era el castillo de
Rowena-dijo el hombre-lobo.
-¿Tus
fuentes son de confianza, Axel?-le dijo Nastin.
-Por
supuesto majestad, yo estoy al tanto de casi
todo lo que sucede en Nurlon, tengo hombres vigilando por todo el reino.
-Pues
entonces manda a alguien inmediatamente a que capture a ese viejo y me lo
traiga para ocuparme personalmente de él.-dijo Nastin.
-A
sus órdenes majestad-le dijo Axel con
una reverencia mientras se levantaba y se dirigía a la puerta para marcharse.
-Y
tú…-dijo señalando al minotauro- ve preparando a todos tus hombres Prelom,
tarde o temprano acabaremos luchando y no quiero que me pillen desprevenida. Se
acabó la reunión.-dijo Nastin dirigiéndose a una pequeña puerta que se hallaba
al fondo de la sala.
Nastin
se encontraba débil, enfurecerse la debilitaba y por eso se dirigió a su
biblioteca en la cual había todo tipo de pociones a parte de cerca de dos mil
libros de hechicería y pociones, buscó en varias estanterías hasta que vio en
un estante alto lo que estaba buscando, era una botellita con un líquido azul
celeste, la señaló con su cetro e inmediatamente la botella voló desde el
estante a su mano, la abrió y se bebió parte de su contenido y se guardó el
resto en un pequeño bolsillo que tenía su vestido.
A
continuación se dirigió a una habitación en la que se encontraba Larry que era
el único que conseguía calmarla cuando se enfurecía; éste al verla se levantó
del sillón en el que estaba sentado y besó su mano, Nastin le devolvió su
muestra de afecto acariciándole su mejilla.
-¿Fue
todo bien querida?-le preguntó Larry.
-Lo
cierto es que no-le contestó mientas se sentaba en el sillón del que éste se
había levantado-¿recuerdas la profecía?, pues parece que se cumplió y ya sabes
lo que eso significa.
-Que
pronto habrá una guerra.
-Exactamente
querido.-dijo cogiendo la copa que éste le ofrecía.
-¿Y vos estáis preparada para luchar?, hace
años que no cogéis un arma.- dijo Larry.
-Deberías
saber, que a mí no me hace falta arma ninguna, solamente con tener éste cetro
entre mis manos soy invencible, nadie ha sido capaz de superar la magia que
éste posee.