Axel, al marcharse del
castillo de Nastin se dirigió al fuerte que se hallaba a varios
metros de allí. Al entrar llamó a todos los que allí se
encontraban para informarles de la misión que le había sido
encomendada y empezó a pedir ideas para trazar un plan que fuera
efectivo.
-Si quiere
capitán, podemos mandar a un par de hombres a la cabaña de Henry
para que se aseguren de que podemos atacar, aunque yo creo que sería
más inteligente atacar cuando esté durmiendo para así pillarle
desprevenido.-dijo un trol verrugoso
-Pues…
mira me gusta como piensas, el plan es bueno, pero… y ¿si no está
solo? A nosotros solo nos interesa él, de los niños ya nos
ocuparemos más adelante, posiblemente acabaremos capturándolos
también a no ser que se habrá otro portal como por el que
aparecieron y regresen de dónde vinieron.
-Creo
capitán, que el portal sólo se volverá a abrir cuando uno de los
dos bandos salga victorioso; por lo menos eso es lo que le oí decir
a una de las hechiceras de Rowena hace unos años.-dijo un anciano
hombre lobo que se hallaba entre los allí reunidos, aunque él hacía
bastante que ya no combatía, simplemente ayudaba al capitán
aportando ideas.
-También
podríamos matar o secuestrar a la princesa hada y al elfo de la
marca y así haríamos mucho más feliz a la Reina.-dijo un centauro
negro.
-Id y atacad
a los elfos y las hadas, capturad a la única hada rubia y a un elfo
con una marca en forma de león .Paker, Ritsus, Ditmon y Lerkus
prepararos saldréis en cuanto anochezca quiero que capturéis al
fauno, evitad que os vean y procurad no hacerle ni un solo rasguño
al viejo o la Reina se enfurecerá y lo pagaréis caro.
Los cuatro
que fueron nombrados se apartaron del grupo y cogieron varios sacos y
cuerdas que por allí había.
En cuanto
empezó a oscurecer los dos trolls y los dos hombres lobo se fueron
hacia la cabaña y esperaron a que todas las luces estuvieran
apagadas para asaltar sin ser vistos. En cuanto esto sucedió dos de
ellos se quedaron vigilando los alrededores de la cabaña mientras
que sus compañeros rompían la puerta de entrada y se dirigieron a
la única puerta de la casa que era blanca que daba al dormitorio de
Henry y se abalanzaron sobre él.
Anael, al
oír aquel estruendo se despertó asustado,abrió la puerta del
laboratorio y vio a uno de ellos tirando un cofre por los aires y al
otro lanzando una cuerda, pues Henry se resistía. Asustado salió
corriendo hacia la cocina para mirar por la ventana que comunicaba
con la del dormitorio de Henry y vio a uno de los trolls haciendo un
par de nudos alrededor de sus patas traseras mientras el otro le
amordazaba, recogió su varita que se había quedado aquella tarde en
la mesa del comedor y fue hacía la puerta de entrada, evitó al
apestoso trol que rondaba por allá, echó a correr asustado cima
abajo en la oscuridad mirando hacia atrás para asegurarse de que no
le seguían.
Uno de los
que intentaban capturar a Henry después de cumplir su misión, al
pasar por el salón de dio cuenta de que había abierta una puerta
que anteriormente estaba cerrada, se asomó al interior y vio el
colchón con las sábanas revueltas, avisó a su compañero que
arrastraba un saco que se agitaba el cual blasfemó mientras salía
por la puerta y avisaba a los dos que esperaban alrededor de la
cabaña y se fueron directos hacía el castillo.
Después de
correr sin parar Anael llegó sin aliento a la cabaña en la que
Berta estaba leyendo tranquilamente cerca de la chimenea, entró
rápidamente chillando lo que hizo que ésta se asustara e hiciera
que el libro que tenía en sus manos cayera al suelo.
-Pero Anael
¿Qué haces aquí? se supone que tendrías que estar descansando en
casa de Henry.- dijo Berta asustada.
-Los
vasallos… de Nastin… nos asaltaron y se...se llevaron a Henry, yo
escapé… porque no sabían que estaba allí... si no me hubieran
capturado también,… pero sabían a qué habitación se tenían que
dirigir eso quiere decir que ya se conocían el lugar.- respondió
con la respiración entrecortada.
-Hay que
avisar a los demás, tenemos que rescatarle si no, no podremos luchar
contra esa maldita mujer.-dijo Berta dirigiéndose a la
puerta-vayamos hacia dónde nos hemos reunido esta tarde con los
demás ¡Luminate!-dijo mientras agitaba la varita y la punta de ésta
se iluminaba.
-¿Cómo has
hecho eso?-le dijo Anael a Berta señalando la varita.
-He estado
practicando mientras tú estabas con Henry, pero sólo he sido capaz
de aprender éste hechizo, así que si vamos a necesitar un maestro,
la magia es muchísimo más difícil de lo que imaginamos.
Subieron con
cautela y rapidez la empinada cuesta que les separaba de las ruinas y
fueron buscando alguien a quien contarle lo que acababa de suceder,
pero sólo vieron un par de lechuzas que cazaban y les miraban
sorprendidas, ardillas que comían las pocas manzanas que quedaban en
buen estado y zorros que rebuscaban en los restos de comida que
quedaban en el suelo; hasta que al final un ratón que almacenaba
comida les vio y se les acercó sorprendido.
-No
deberíais de estar aquí a estas horas es muy peligroso, los hombres
lobo y los minotauros suelen aprovechar la oscuridad para
atacarnos.-les dijo.
-Lo sabemos,
pero tenemos que avisar a los demás para reunirnos urgentemente
tiene que ver con Henry.-le respondió Anael.
-¿Ha
sucedido algo?
-Sí, ha
sido capturado por los secuaces de Nastin hace escasos minutos.
-¡Dios
mío!,voy a avisar a todo el mundo, si golpeáis los troncos de los
árboles se asomarán el resto.-les dijo el ratón mientras subía de
nuevo al árbol.
-¡Ayuda!
¡Nos atacan!-chilló Anael.
-Eres bobo o
te lo haces, así lo que vas a conseguir es que se asusten en vez de
venir hacia dónde estamos.-dijo Berta mosqueda-¿Quién anda
ahí?-dijo un centauro negro que salió de detrás de un matorral
armado con un arco apuntándoles-¿Qué es lo que queréis? No
deberíais estar a estas horas acá, es peligroso.
-Lo sabemos
pero necesitamos que todo el mundo sepa que Henry ha sido
capturado.-le contestó Berta.
-Entonces
venid conmigo, os alcanzare hasta la cima dónde viven la mayoría de
nosotros y demás seres, subiros a mi espalda.
Anael y
Berta, se subieron con cuidado a la espalda del centauro que echo a
correr mientras tocaba unas notas en una pequeña zampoña y
aparecían más centauros que se unieron a él, en escasos segundos
estaban rodeados por cerca de treinta centauros de todos los colores.
Varios
minutos después aparecieron los enanos armados con hachas, arcos,
espadas, puñales y hondas; enseguida se les fueron uniendo los elfos
igualmente armados.
-He corrido
la voz y se han ofrecido ayudarnos.-dijo el pequeño ratón que había
hablado anteriormente con ellos que esta vez corría al lado del
centauro mientras intentaba subirse a la espalda de éste.
-Muchísimas
gracias-dijo Berta.
-Hemos
llegado, podéis bajar-dijo el centauro mientras paraba y se agachaba
para que pudieran bajar.
-Gracias.-dijeron
al unísono los dos muchachos.
-No hay de
que, me llamo Dudley y soy el jefe del clan de los centauros, mi
hermano pequeño lucha del lado de Nastin.