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sábado, 25 de enero de 2014

7 Comienzan los problemas

Axel, al marcharse del castillo de Nastin se dirigió al fuerte que se hallaba a varios metros de allí. Al entrar llamó a todos los que allí se encontraban para informarles de la misión que le había sido encomendada y empezó a pedir ideas para trazar un plan que fuera efectivo.

-Si quiere capitán, podemos mandar a un par de hombres a la cabaña de Henry para que se aseguren de que podemos atacar, aunque yo creo que sería más inteligente atacar cuando esté durmiendo para así pillarle desprevenido.-dijo un trol verrugoso
-Pues… mira me gusta como piensas, el plan es bueno, pero… y ¿si no está solo? A nosotros solo nos interesa él, de los niños ya nos ocuparemos más adelante, posiblemente acabaremos capturándolos también a no ser que se habrá otro portal como por el que aparecieron y regresen de dónde vinieron.
-Creo capitán, que el portal sólo se volverá a abrir cuando uno de los dos bandos salga victorioso; por lo menos eso es lo que le oí decir a una de las hechiceras de Rowena hace unos años.-dijo un anciano hombre lobo que se hallaba entre los allí reunidos, aunque él hacía bastante que ya no combatía, simplemente ayudaba al capitán aportando ideas.
-También podríamos matar o secuestrar a la princesa hada y al elfo de la marca y así haríamos mucho más feliz a la Reina.-dijo un centauro negro.
-Id y atacad a los elfos y las hadas, capturad a la única hada rubia y a un elfo con una marca en forma de león .Paker, Ritsus, Ditmon y Lerkus prepararos saldréis en cuanto anochezca quiero que capturéis al fauno, evitad que os vean y procurad no hacerle ni un solo rasguño al viejo o la Reina se enfurecerá y lo pagaréis caro.

Los cuatro que fueron nombrados se apartaron del grupo y cogieron varios sacos y cuerdas que por allí había.
En cuanto empezó a oscurecer los dos trolls y los dos hombres lobo se fueron hacia la cabaña y esperaron a que todas las luces estuvieran apagadas para asaltar sin ser vistos. En cuanto esto sucedió dos de ellos se quedaron vigilando los alrededores de la cabaña mientras que sus compañeros rompían la puerta de entrada y se dirigieron a la única puerta de la casa que era blanca que daba al dormitorio de Henry y se abalanzaron sobre él.
Anael, al oír aquel estruendo se despertó asustado,abrió la puerta del laboratorio y vio a uno de ellos tirando un cofre por los aires y al otro lanzando una cuerda, pues Henry se resistía. Asustado salió corriendo hacia la cocina para mirar por la ventana que comunicaba con la del dormitorio de Henry y vio a uno de los trolls haciendo un par de nudos alrededor de sus patas traseras mientras el otro le amordazaba, recogió su varita que se había quedado aquella tarde en la mesa del comedor y fue hacía la puerta de entrada, evitó al apestoso trol que rondaba por allá, echó a correr asustado cima abajo en la oscuridad mirando hacia atrás para asegurarse de que no le seguían.
Uno de los que intentaban capturar a Henry después de cumplir su misión, al pasar por el salón de dio cuenta de que había abierta una puerta que anteriormente estaba cerrada, se asomó al interior y vio el colchón con las sábanas revueltas, avisó a su compañero que arrastraba un saco que se agitaba el cual blasfemó mientras salía por la puerta y avisaba a los dos que esperaban alrededor de la cabaña y se fueron directos hacía el castillo.
Después de correr sin parar Anael llegó sin aliento a la cabaña en la que Berta estaba leyendo tranquilamente cerca de la chimenea, entró rápidamente chillando lo que hizo que ésta se asustara e hiciera que el libro que tenía en sus manos cayera al suelo.

-Pero Anael ¿Qué haces aquí? se supone que tendrías que estar descansando en casa de Henry.- dijo Berta asustada.
-Los vasallos… de Nastin… nos asaltaron y se...se llevaron a Henry, yo escapé… porque no sabían que estaba allí... si no me hubieran capturado también,… pero sabían a qué habitación se tenían que dirigir eso quiere decir que ya se conocían el lugar.- respondió con la respiración entrecortada.
-Hay que avisar a los demás, tenemos que rescatarle si no, no podremos luchar contra esa maldita mujer.-dijo Berta dirigiéndose a la puerta-vayamos hacia dónde nos hemos reunido esta tarde con los demás ¡Luminate!-dijo mientras agitaba la varita y la punta de ésta se iluminaba.
-¿Cómo has hecho eso?-le dijo Anael a Berta señalando la varita.
-He estado practicando mientras tú estabas con Henry, pero sólo he sido capaz de aprender éste hechizo, así que si vamos a necesitar un maestro, la magia es muchísimo más difícil de lo que imaginamos.

Subieron con cautela y rapidez la empinada cuesta que les separaba de las ruinas y fueron buscando alguien a quien contarle lo que acababa de suceder, pero sólo vieron un par de lechuzas que cazaban y les miraban sorprendidas, ardillas que comían las pocas manzanas que quedaban en buen estado y zorros que rebuscaban en los restos de comida que quedaban en el suelo; hasta que al final un ratón que almacenaba comida les vio y se les acercó sorprendido.

-No deberíais de estar aquí a estas horas es muy peligroso, los hombres lobo y los minotauros suelen aprovechar la oscuridad para atacarnos.-les dijo.
-Lo sabemos, pero tenemos que avisar a los demás para reunirnos urgentemente tiene que ver con Henry.-le respondió Anael.
-¿Ha sucedido algo?
-Sí, ha sido capturado por los secuaces de Nastin hace escasos minutos.
-¡Dios mío!,voy a avisar a todo el mundo, si golpeáis los troncos de los árboles se asomarán el resto.-les dijo el ratón mientras subía de nuevo al árbol.
-¡Ayuda! ¡Nos atacan!-chilló Anael.
-Eres bobo o te lo haces, así lo que vas a conseguir es que se asusten en vez de venir hacia dónde estamos.-dijo Berta mosqueda-¿Quién anda ahí?-dijo un centauro negro que salió de detrás de un matorral armado con un arco apuntándoles-¿Qué es lo que queréis? No deberíais estar a estas horas acá, es peligroso.
-Lo sabemos pero necesitamos que todo el mundo sepa que Henry ha sido capturado.-le contestó Berta.
-Entonces venid conmigo, os alcanzare hasta la cima dónde viven la mayoría de nosotros y demás seres, subiros a mi espalda.

Anael y Berta, se subieron con cuidado a la espalda del centauro que echo a correr mientras tocaba unas notas en una pequeña zampoña y aparecían más centauros que se unieron a él, en escasos segundos estaban rodeados por cerca de treinta centauros de todos los colores.
Varios minutos después aparecieron los enanos armados con hachas, arcos, espadas, puñales y hondas; enseguida se les fueron uniendo los elfos igualmente armados.

-He corrido la voz y se han ofrecido ayudarnos.-dijo el pequeño ratón que había hablado anteriormente con ellos que esta vez corría al lado del centauro mientras intentaba subirse a la espalda de éste.
-Muchísimas gracias-dijo Berta.
-Hemos llegado, podéis bajar-dijo el centauro mientras paraba y se agachaba para que pudieran bajar.
-Gracias.-dijeron al unísono los dos muchachos.

-No hay de que, me llamo Dudley y soy el jefe del clan de los centauros, mi hermano pequeño lucha del lado de Nastin.