¡Ey! ¿Qué ha sucedido?-
dijo Spooch que apareció corriendo entre la multitud.
-¡Atención!-dijo
Anael desde una roca-¡necesitamos, a todo el mundo que sepa luchar!
-Pero
¿queréis contarnos de una vez que narices sucede?-les dijo el elfo
con muchísimo nerviosismo.
-Un momento,
Spooch en seguida te lo contamos a ti y todos los demás, sólo
necesitamos que haya silencio- le respondió Berta mientras se subía
a la roca en la que se encontraba el muchacho-¡Silencio por favor!
-Cállense,
por el amor hermoso-dijo el elfo sacando un cuerno de un bolso y
soplando por él, el agudo sonido hizo que el alboroto se fuera
silenciando hasta que todo quedó en silencio-ya podéis hablar, hay
veces que hay que tomas drásticas soluciones para obtener lo que uno
quiere.
-¡Escuchen
con atención, por favor!-dijo Berta.
-Varios
vasallos de Nastin, atacaron hace escasos minutos y secuestraron a
Henry, y le necesitamos para poder aprender la magia que usaremos
para vencer a esa bruja a la ellos llaman su Reina.-dijo Anael.
-¿Y tu como
sabes eso?-dijo un enano que se encontraba a metros de la roca.
-Pues,
porque yo estaba con él y vi cómo se lo llevaban, a mi no me
cogieron porque me hallaba en otra sala que ellos creían vacía y
por suerte no se les ocurrió mirar dentro.
-¡Dios
mío!, esto va empeorando cada vez.-Hace un momento varios minotauros
intentaron secuestrarme, pero no esperaban que todo mi poblado les
atacaran con todas las armas disponibles.-dijo Spooch.
-¿Cuánto
hace de eso?-preguntó un hada que acababa de llegar-porque a
nosotras también nos han atacado hace escasos minutos.
-¡Madre de
dios!, esta mujer no ha tenido bastante con intentar echarnos de
nuestro hogar, que ahora nos ataca e intenta matarnos.-dijo una
liebre cercana.
-Ya nos
ocuparemos de eso cuando luchemos contra ella, ahora necesitamos
trazar un plan para ir a rescatar a Henry-dijo Berta.
-Creo que lo
más apropiado es que mandemos a Mark a rescatarle, la mayoría de
los que están ahora mismo en el castillo le sienten pavor-dijo
Dudley.
-¿Y qué
pasa con el resto de los gigantes? ¿No estaban los gigantes con
Nastin?-dijo Anael desde la roca.
-Nosotros
los vimos marcharse el otro día hacia una de las islas del
archipiélago que está suroeste, aunque yo diría que es la misma en
la que se halla ahora mismo la reina Rowena.-dijo un enano que se
encontraba entre la multitud.
-Entonces,
no lo tendrá difícil-dijo Berta
-Pero, ¿Se
puede saber dónde se encuentra ahora mismo?-dijo Anael- Tendría que
estar acá como los demás.
-Está
durmiendo en su guarida, cuando el duerme lo hace muy profundamente y
cuesta muchísimo despertarle- dijo Tatani que apareció de repente
con el pelo alborotado y su ropa ligeramente destrozada de entre los
árboles rodeada de un gran número de hadas en la mismas
circunstancias.
-¡Genial!
¿Y alguien conoce alguna manera de hacerlo?-dijo Anael.
-Quizás, si
vais vosotros, vuestro olor le despierte, el ha convivido mucho
tiempo con los humanos y el olor es algo que a él le hace
reaccionar, se despertará asustado así que tened cuidado es posible
que os intente atacar- dijo un enano que se encontraba cerca de
ellos.
-Yo os
escoltaré durante el trayecto-dijo un joven fauno rubio-pues
dirigirse hacia allí ahora mismo es bastante peligroso.
-Gracias,
pero como no te sepas tu el camino nosotros no sabemos cómo llegar
allá-dijo Berta.
-Claro,
todos o casi todos los aquí presentes sabemos dónde está su
guarida.
-Entonces,
no perdamos más tiempo y pongámonos en camino-dijo Anael mientras
bajaba de un salto de la roca.
Berta le
imitó y se adelantaron un par de pasos, el fauno les guió en
dirección al oeste cerca del río donde tras pasar entre unos
matorrales altos se empezaron a oír unos agudos ronquidos,
encontraron una cueva con pinturas prehistóricas y en su interior a
un par de metros estaba Fred roncando sonoramente. Anael y Berta se
miraron asustados y no se atrevían a entrar hasta que al final Berta
decidida se acercó a Fed y le habló lo más cerca posible de su
oído, no sucedió nada, pero después de unos segundos Fred la
olfateó, abrió sus enormes ojos, chilló asustado e intentó
ponerse en pie pero en cambio se dio un coscorrón haciendo que
cayeran piedras del techo de la cueva. Berta corrió al exterior para
reunirse con Anael y el fauno que se apartaban mientras Fred se
arrastraba y salía al exterior.
-¿Qué
hacéis aquí?-decía mientras bostezaba-¿no estabais con Henry?
-Henry a
sido secuestrado por los secuaces de Nastin y te necesitamos para que
vayas a rescatarle pues a ti te temen-dijo Anael.
-Imposible,
no soy el único gigante que se encuentra en este lugar,y recordad
también que soy el único en vuestro bando, al verme el resto de
gigantes me atacarán-dijo Mark bostezando.
-No lo
creo,se fueron hacía la isla en la que está la Reina Rowena.-dijo
Berta.
-Eso no es
una buena noticia, eso quiere decir que posiblemente la ataquen-dijo
Mark.
-Bueno creo
que no deberíamos preocuparnos por eso la reina posee un ejército
enorme-dijo el fauno.
-Venga Mark,
tienes que ayudarnos, tienes que rescatar a Henry mientras nosotros
nos preparamos para cuando nos ataquen-dijo Anael.
-Está bien
iros a reuniros con los demás, si no vuelvo en dos horas no os lo
penséis dos veces y atacad.
-De
acuerdo,buena suerte grandullón-dijo el fauno mientras se daba la
vuelta y se alejaba-venga chicos tenemos que ir con el resto.
-Ve con
cuidado Mark-le dijo Berta abrazando su enorme pierna.
-Si y cuida
tus espaldas- dijo Anael.
Se alejaron
rehaciendo el camino y Mark se encaminó en dirección opuesta hacia
una cascada cercana para darse una ducha y después ir al castillo,
mientras
hacían esto Berta sintió como que la observaban desde un punto
alto, giró la cabeza y vio un halcón que les miraba atentamente
desde una rama alta de un árbol cercano que después de cruzar su
mirada con ella echó a volar,al no haber visto ninguno anteriormente
Berta se lo dijo al fauno.
-Eso es una
mala señal, solamente se ve un halcón por acá, y es propiedad de
Nastin, ahora volará dirección al castillo-dijo el fauno- ahora si
que tenemos que darnos prisa,cuanto antes lleguemos, antes podremos
salir a luchar-y aceleró tanto el paso que los dos muchachos se
quedaban atrás.
-Oye, no
corras tanto, no somos capaces de seguir tu paso-dijo Anael.
-Dinos,
¿sucede algo?-dijo Berta.
-Sí, ese
como ya os he dicho antes-contestó señalando al cielo estrellado-
es el halcón de Nastin se dirigirá al castillo y le comunicará de
alguna manera que desconocemos que os ha visto acá hablando con el
grandullón y mandará a alguien a atacarnos.
-¿Cómo que
desconocéis la manera en que se lo comunicará?¿Es que ella no
entiende a los animales como nosotros?-preguntó extrañado Anael.
-No, ella no
posee ese don, creemos que es la única humana sin él, pero sin
embargo fue la única capaz de invocar al ángel oscuro haciendo que
llegaran a Nurlon los trolls, hombres-lobo y cíclopes.
Entonces sin
pensárselo dos veces los muchachos aceleraron el paso y volvieron
con el grupo que habían dejado atrás que se había dispersado y
sólo quedaba en el lugar algunos enanos, faunos, centauros, algún
que otro animalillo, Spooch y Tatani que al verles volver se
dirigieron hacia ellos mientras Spooch les entregaba unas pequeñas
botellas que contenían un líquido espumoso unos pedazos de pan y
de carne ahumada.
-Tomad, no
habéis comido nada todavía-dijo el elfo mientras les entregaba la
comida-después del ataque pude salvar lo poco que no nos robaron.
-Gracias-dijeron
Berta y Anael a la vez. Anael se llevó rápidamente la carne a la
boca mientras la devoraba ansiosamente y los demás le miraban con
cara sorprendida.
-Que pasa,
llevo mucho tiempo sin comer,tú abras comido en la cabaña yo no,
además mi madre se ha empeñado en ponerme a dieta.-les dijo Anael.
-Bueno, ¿que
os ha dicho Mark?-preguntó Tatani.
-Pues, se
dirige ahora mismo hacia allá-dijo Berta mientras olisqueaba la
carne.
Mientras
tanto nuestro amigo Mark armado con un par de garrotes se dirigía
con paso firme al castillo, que seguía protegido por los dos enormes
minotauros que chillaron e hicieron salir del interior del castillo
cerca quince diferentes criaturas armadas con todo tipo de armas,
comenzaron atacarle cosa que resultó inútil pues Mark los noqueaba
con un sólo golpe de uno de sus garrotes o les hacía volar por los
airea al darles un gran manotazo.
Nastin al
notar tanto ajetreo en su castillo preguntó que era lo que sucedía
y en cuanto se lo dijeron dejó a un lado la poción que estaba
preparando para salir decidida con su cetro a enfrentarse a él,
pero Mark ya había destrozado el ala izquierda del castillo y se
hallaba a escasamente un par de metros de una celda en cuyo interior
se encontraba encadenado Henry que sangraba por la boca, tenía un
ojo hinchado y tenía cortes y quemaduras alrededor de todo el cuerpo
y cerca de él había una mesita metálica que tenía botellas con
líquidos de colores oscuros que desprendían humos que en ocasiones
cambiaban de color.
-¡Tú
gigante estúpido sal de aquí inmediatamente!-gritó Nastin mientras
señalaba con su cetro al brazo con el cuál Fred se disponía a
romper la puerta de la celda, el cuál quedó inmovilizado en el aire
impidiendo el golpe.
Mark giró
la cabeza mirando directamente a la mujer a los ojos mientras soltaba
un gran grito y varios de sus secuaces aprovecharon la distracción
para lanzar por encima suya unas flechas con cuerdas atadas lo que
hizo que Mark quedase prácticamente inmovilizado.
-Bruja
asquerosa haz que me suelten de inmediato.-gritó enfurecido Mark
-Ni lo
sueñes gigante, esta vez ni tú ni nadie impedirá que me haga con
el trono de Nurlon, ya me lo arrebataron una vez y no pienso dejar
que me suceda otra vez.
-A ti nunca
te perteneció el trono, sabes de sobra que el trono siempre a
pertenecido al primer descendiente del Rey, y esa fue Rowena y no tú, Nastin.
-Sí y no
soy reina solamente por escasos minutos de vida.-dijo señalándole
con el cetro, haciendo que se retorciera de dolor-eso chilla y haz que
los niños vengan hacia acá tengo ganas de ver si esa mocosa es tan
poderosa con la varita como lo era su abuela, la mataré con mis
propias manos.
-No te
atrevas a tocar a los niños Nastin- dijo Henry desde la celda
mientras escupía sangre.
-Cállate
viejo, todavía no he acabado contigo-y le hizo una seña a un troll
que se hallaba cerca de la celda indicándole que entrara-Ya sabes
que paso toca ahora, hazlo. El troll cogío una de las botellas y le
hizo beber parte del líquido que hizo que le saliera humo por las
orejas y la nariz y sus ojos se volvieran rojo sangre.
-Desgraciada,
deja al anciano y cógeme a mí.
-¿A
ti?,¿pero tú que tienes de especial?, al contrario te unirás a él,
atadle fuerte.
-Majestad-dijo
uno de los minotauros- sólo una pequeña observación,¿cómo vamos
a moverle?Pesa toneladas.
-Cierto,
¡Larry ven acá inmediatamente!Es hora de que muestres cuanto has
progresado en tus estudios.
-¿Estáis
segura?-le preguntó este un tanto asombrado.
-Por
supuesto, ya sabes que hechizo tienes que usar, es uno de los más
básicos.-le contestó Nastin.
-¡Levimus
Forte!-dijeron ambos a la vez mientras señalaban a Mark con sus
varitas lo que hizo que éste se elevara unos pocos metros del
suelo-Maldita sea el hechizo sigue siendo demasiado débil,¡hacer
algo inútiles!-gritó enojada.
-¿Ves cómo
no eres tan poderosa cómo crees Nastin?-dijo Mark con una sonrisa en
la boca.-No puedes ni mover a un simple gigante.
-Cállate
estúpido-y volvió hacer que se retorciera de dolor.
Varios
minotauros y hombres lobo llegaron a la habitación con una enorme
plataforma de madera con ruedas, mientras el resto de seres
terminaron de inmovilizar a Mark con las cuerdas, Nastin y Larry
repitieron el hechizo haciendo que este cayera sobre la plataforma la
cual llevaron hasta el patio trasero del palacio que poseía toda
clase de hechizos para evitar la entrada de intrusos por lo tanto
aunque lograra soltarse no conseguiría escapar.
-Esto cada
vez se pone mejor para mí, ahora si que no tienen ninguna
posibilidad, sin maestro ni enorme guardaespaldas.-exclamó soltando
una risa maléfica,.